Maxi Oviedo – Fotografía de Bodas – Argentina

Por: Elena Ponce - Fotografías: Maxi Oviedo
0
2060
Un paso adelante en bodas

“En Argentina en los tiempos de la fotografía análoga era difícil vivir de ser fotógrafo, por lo menos en la zona donde estaba. Nosotros sacábamos fotos todo un día y toda una noche; luego teníamos que esperar imprimir las fotos de muestra. La gente iba, las miraba y si les gustaban, las compraban más grande. Entonces, estaba ocho horas trabajando, pero después iban y compraban cinco fotos, llegaba final de mes y vos no sabias si ibas a tener mil pesos o diez mil pesos. Era como una incertidumbre”.

Para Maxi Oviedo, esa transición fue la puerta de entrada para ingresar al fantástico mundo de las fotos de bodas. Ese paso de la era análoga a la digital, sin lugar a duda trajo cambios en la forma cómo consumimos las imágenes; y por supuesto también, para la fotografía en su sentido más amplio.

Este fotógrafo argentino, recuerda que hace 22 años su aprendizaje era autodidacta. Al respecto cuenta que “vengo de una familia de fotógrafos, así que empecé a aprender sin darme cuenta. Dentro de mi entorno se vivía el día a día gracias a la fotografía, cuando fui consciente estaba agarrando una cámara, sin saber que eran las configuraciones y ya tomaba fotos”. A los 16 años empezó a cubrir eventos; y a partir del 2010, abrió su propia empresa. En ese momento decidió separarse del padre y forjar su propia marca; aunque continúa trabajando con él, ahora también lo acompaña su hermana Soledad. Oviedo, antes de ser fotógrafo inició estudios de Ingeniería Civil y de Contaduría, trabajó en un registro automotor hasta que se decidió por la cámara de fotos.

De aquella época recuerda que, “después de un tiempo me di cuenta que no quería vivir de eso y dije, ya que la fotografía no era una opción, agarré y me fui a estudiar contaduría, pero en cuarto año dije ¡quiero ser fotógrafo! Lo planteé en la familia y me la jugué; de ahí todo cambió, tenía muchas ganas de ser fotógrafo. En el 2012 hice un congreso internacional, empecé a hablar de cosas diferentes y de la fotografía que hoy vemos. Entonces pensé que se podía hacer algo más espontáneo, diferente a lo tradicional y se complementaba un poco con lo anterior. Vi eso y chao, ¡quiero ser fotógrafo! Dejé la carrera de contador, el trabajo y en septiembre del 2013 ya estaba solo trabajando con mi marca “Maxi Oviedo” con la que hacía bodas, eventos sociales y fotos infantiles”.

Su cercanía con la ingeniería le permitió hacer zoom en aspectos que quizás otros fotógrafos no veían interesantes; como por ejemplo destacar los contraluces, cuenta que “por ahí mis amigos me decían este está loco, pero claro, yo al dibujar edificios, la proyección, lo veía y me resultaba fácil en ese momento y comenzó a llamarme la atención los contraluces. Pero en el tema de fotografía siempre habrá cosas diferentes porque cada uno tiene su visión y adueñarse de algo es medio raro. Para mí, ya todo está creado. Lo que hay que hacer son distintas combinaciones”. Para Oviedo, todo lo que enseña en sus talleres, obedece a compartir su conocimiento y a que otras personas aprendan lo que él hace con tanta pasión, aunque se puedan convertir en su futura competencia.

Mediante su trabajo, busca que los recuerdos perpetúen y se constituyan en una máquina del tiempo, ”uno puede ver siempre una foto donde estás vos, un primo y tu tío y esa imagen te hace volver a los momentos donde vos jugaste con ellos; y a la vez, empieza tu mente a agregar gente que no está en la foto o empezás a recordar que tu primo se juntaba con el vecino del frente y en un momento en tu cabeza hay 50 personas en una foto en la que solo eran tres. Entonces lo que hace la fotografía es bueno, volver en el tiempo y generar un recuerdo. Es lo que trato de buscar más allá de captar momentos”. Por eso en su afán de congelar el tiempo, siempre busca innovar la manera cómo las personas quieren ver y sentir sus recuerdos en el futuro.

uno puede ver siempre una foto donde estás vos, un primo y tu tío y esa imagen te hace volver a los momentos donde vos jugaste con ellos; y a la vez, empieza tu mente a agregar gente que no está en la foto o empezás a recordar que tu primo se juntaba con el vecino del frente y en un momento en tu cabeza hay 50 personas en una foto en la que solo eran tres. Entonces lo que hace la fotografía es bueno, volver en el tiempo y generar un recuerdo. Es lo que trato de buscar más allá de captar momentos.

Trash the dress o sesión pos fiesta, es una de sus propuestas para los recién casados, en la cual los desafía a utilizar nuevamente sus vestidos de novios antes que vayan al baúl de los recuerdos. Esta sesión puede ser al día siguiente o quince días después en la que van a una montaña, a un río o una aventura debajo del agua; así lo explica, “ahí dije qué bueno era el cambio, estaba haciendo algo que me gustaba mucho y eran las sesiones pos-fiestas. Pensaba en la decisión de ser fotógrafo, con mi novia tuvimos conversaciones muy largas y me decía ¡dale, jugátela! ¡Hacé lo que te gusta y si te va bien, te va bien y si te va mal, te va mal! Pero si no probaba, nunca iba a saber si me gustaba o no; entonces empecé con las sesiones de Trash the dress, y la gente empezó a ver un producto que no existía acá y si existía no era tan extremo”.

Oviedo reconoce que, entre la fotografía digital y el internet, las posibilidades para dar a conocerse y aprender nuevas técnicas aumentan cada día y lo ve como un aspecto muy positivo. Afirma que “esa tendencia hace que todo sea más accesible, vos te podés capacitar en línea, hay cientos de talleres al mes, vos tenés la posibilidad de aprender muy rápido y el internet ayuda mucho. Entonces se subió el nivel, es muy bueno. Creo que no tenemos nada que envidiarle a otros países y continentes. Hay fotógrafos muy buenos y veo una generación de jóvenes, que yo a los 17 años estaba terminando la secundaria, sacaba fotos tradicionales con rollo y no había nada creativo. He tenido alumnos de 14 años que ya sacan fotografías de boda, los clientes cuando lo van a contratar y lo conocen le da cierta duda al contratarlo porque no tiene ni barba”.

Frente a su percepción de la fotografía en Latinoamérica, reconoce el trabajo que se realiza en Brasil, Colombia, Perú y México, “también hacen su trabajo diferente a lo que hace la tendencia y por ahí llaman la atención gracias a eso; y después hay un montón de gente, que tienen redes sociales, ni les interesa ser famoso, como tampoco los talleres. Solamente le gustan que le contraten, que le paguen y volver a la casa y tener dinero. Son excelentes y capaz que indirectamente llegan a un Instagram que tiene 20 seguidores y decís, este es para que tenga un millón: Hay gente que no le interesa ser el mejor del mundo, solamente le interesa vivir de lo que le gusta, sacar las fotos y nada más”. Afirma. Al mismo tiempo explica que, esta situación conduce a una disyuntiva asociada a un temor, en el que si se muestran trabajos en las diferentes plataformas otros se pueden copiar y si no se exhiben, nadie conocerá ese trabajo.

Al oficio de ser fotógrafo le agrega el de tallerista y organizador de congresos de fotografía en Argentina. Desde hace cuatro años realiza el taller “Todo está en la mente” en el que simula una boda, “es un taller diferente a lo que se hace acá, porque tenía seis novias y también maquilladoras.


Maxi Oviedo

Página Web: www.maxioviedo.com
Facebook: Maxi Oviedo FotografiaInstagram: @maxioviedo


Leave a reply